Respecto al artÃculo que describe la remisión parcial de un Linfoma de Hodgkin debido (presumiblemente) a la infección del paciente por Sars-Cov-2. Es necesario aclarar las siguientes consideraciones:
Lo primero: el concepto de que las infecciones vÃricas sean capaces de producir remisión del cáncer no es algo nuevo. De hecho, el concepto de la viroterapia oncolÃtica surge precisamente de la observación de que ciertos pacientes oncológicos mejoraban tras sufrir infecciones.
Con el tiempo, se especuló con la idea de explotar este fenómeno natural con fines terapéuticos en condiciones controladas. AsÃ, los avances en ingenierÃa genética y los conocimientos sobre los procesos infecciosos permitieron que surgieran los primeros virus oncolÃticos.
Un virus oncolÃtico se define por ser un virus modificado genéticamente para presentar tropismo (o capacidad selectiva) hacia las células tumorales, dejando intactas a las células sanas o "normales". Y por ello la viroterapia se considera una terapia dirigida y muy especÃfica.
Esto se consigue modificando los virus salvajes para que sean especialmente eficaces a la hora de infectar y lisar (destruir) aquellas células con defectos o caracterÃsticas concretas. Y, precisamente, las células tumorales se caracterizan por tener vÃas de regulación o caracterÃsticas externas que las hacen diferentes de las células sanas. Y los investigadores aprovechan esas caracterÃsticas para hacer que los virus sean más selectivos contra el cáncer.
Los virus sólo serán capaces de replicar en células que presenten vÃas de señalización aberrantes o proteÃnas mutadas. Las células tendrán gran capacidad de producir partÃculas virales que al lisarse liberarán nuevos virus que infectarán células colindantes, repitiendo el ciclo.
Además, aunque en un principio se pensaba y se diseñaban virus oncolÃticos con la simple idea de destruir células tumorales, con el tiempo se ha visto que el papel de los virus es dual: lisan, pero asà también activan la respuesta inmunitaria potenciando el efecto terapéutico.
De esta manera, cuando una célula tumoral se lisa y libera partÃculas virales, el sistema inmunitario del paciente es capaz de detectar a ese "invasor", y generar una respuesta completa no sólo contra el virus, sino contra el tumor (como si dijera "vaya, dos pájaros de un tiro").
Actualmente, hay numerosos virus oncolÃticos sometiéndose a ensayos clÃnicos en diversas fases. En el año 2016 se aprobó el Talimogén laherparepvec (T-VEC), el primer virus oncolÃtico de herpes simplex tipo I aprobado en EEUU, UE y Australia para el tratamiento del melanoma.
ClÃnicamente, la viroterapia oncolÃtica presenta varias ventajas: es una terapia segura (los efectos secundarios son mÃnimos, caracterizados principalmente por estados febriles) y su administración puede ser local o sistémica dependiendo de la decisión médica para cada paciente.
No obstante, aún hay ciertas desventajas o problemas que se deben mejorar en estas terapias: en primer lugar, evitar que la respuesta inmunitaria neutralice el virus antes de que llegue al tumor, evitar posible toxicidad inespecÃfica y mejorar su distribución en el organismo.
Múltiples investigaciones se están llevando a cabo para resolver estos problemas. Una de estas estrategias es Celyvir, que se lleva a cabo con la colaboración de varios laboratorios (ISCIII, @idibell_cat y Hospital Niño Jesús de Madrid).
Resumiendo, la viroterapia oncolÃtica es una realidad, y ojalá pronto se puedan seguir mejorando estas terapias para los pacientes, incluyendo en nuestro paÃs. ¡Quizá el Sars-Cov-2 se revele como un potencial virus oncolÃtico, quien sabe!
Y recordad: #SinCienciaNoHayFuturo.
Información y todos los créditos:
https://twitter.com/bio_lidia/status/1353395874764894209?s=21
Referencias principales:
Filley AC, Dey M. Immune System, Friend or Foe of Oncolytic Virotherapy? Front Oncol. 2017 May 23;7:106. doi: 10.3389/fonc.2017.00106. PMID: 28589085; PMCID: PMC5440545.
https://ep.bmj.com/content/103/1/4